viernes, 24 de diciembre de 2010

Un año más

Un año más, vuelve la Navidad. Un año más, nos juntamos toda la familia para celebrar una gran cena, la gran cena diría yo puesto que no muchas veces nos reunimos todos en esa mesa. Un año más, nos hincharemos a dar y recibir besos y a comer. Una comida hecha por la abuela, quien por lo que parece tiene un miedo terrible a que alguien quede con hambre, ya la conoces. Un año más, se debatirá sobre lo mismo, se hablarán de todos los temas triviales que puedan existir y sobre historias pasadas que siempre vuelven a la memoria este día, como cuando algún tío recuerda la graciosa historia de las "concanizas". Un año más, como todos los otros execpto en una cosa.
Este año no estarás tú y puedes tener claro que se notará. La mesa quedará coja sin el que siempre la presidía, tu "mano" derecha no servirá de nada porque yo no tendré a nadie a mi izquierda. Solo una silla vacía. Quién me pedirá las gotas del corazón, como tú solías llamar al terry, si ya no vas a estar. La cena de Navidad no será la misma sin escuchar aquello que me solías decir siempre sin que viniera al caso, "ni a tu padre ni a tu madre, tú has salido a mí, siempre has sido el senyoret de la familia, mira que te comportas bien".
Con tu perenne ausencia, se respirarán momentos de tristeza y de recuerdos en tu honor, seguramente alguno de tus hijos se levante hacia el baño para llorar. A veces, la melancolía puede ser muy cruel.
Supongo que, aunque no estés, tenemos que seguir adelante por los que aún están y mantener vivo tú recuerdo sin anclarnos en un pasado del que, no hace mucho, perteneces. Sin embargo, no es nada fácil aceptar que ya no vas a formar parte de nuestras vidas y que sólo vamos a poder verte en fotografías que indicarán mejores tiempos.